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  • Un ciclo diferente y mucho m s profundo de transformaciones

    2019-05-30

    Un ciclo diferente y mucho más profundo de transformaciones se inicia con el proceso constitucional en Bolivia y Ecuador. Bolivia se “re-funda” en 2009 y se proclama Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario. El capítulo cuarto sobre los derechos de las naciones y pueblos indígenas originario campesinos comprende un espectro muy amplio de garantía. Por ejemplo, garantiza el derecho Wnt-C59 la libre determinación y la territorialidad, a la titulación colectiva, a la consulta, al ejercicio de sus sistemas políticos, jurídicos y económicos, a la participación en los beneficios de la explotación de los recursos naturales y a la gestión territorial indígena autónoma. Como veremos, Bolivia introduce una serie de principios indígenas como suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), teko kavi (vida buena) e ivi maraei (tierra sin mal). En 2008 Ecuador se convierte en Estado intercultural y plurinacional y establece una amplia serie de derechos, especialmente en el capítulo Derechos de las comunidades, pueblos y nacionalidades. Entre otros establece: el mantenimiento de territorios ancestrales; consulta libre, previa e informada para proyectos de extracción; ejercicio de derechos propio; mecanismos de representación y participación y establecimiento de circunscripciones territoriales. La constitución transversaliza además algunos conceptos de inspiración indígena, como el buen vivir (sumak kawsay) y los derechos de la Madre Tierra o Pachamama. Los procesos sociales que condujeron a estos cambios constitucionales muestran semejanzas que las hacen comparables. En ambos países dichas modificaciones profundas están vinculadas a liderazgos fuertes y movimientos con un discurso reformista y antineoliberal. En los dos países, estos gobiernos de izquierda han ido incorporando propuestas y reclamos de los movimientos indígenas y campesinos en sus discursos y en sus políticas. Recientemente, estos gobiernos comenzaron a perder el apoyo de algunas organizaciones indígenas que perciben pocos cambios sustanciales en sus políticas económicas y se sienten defraudadas. En todo caso, la mayoría de la población parece respaldar a Membranes estos líderes y a las políticas sociales impulsadas, como demostraron los resultados de las elecciones presidenciales en febrero de 2013 en Ecuador, donde Rafael Correo obtuvo más de 57% de los votos y en Bolivia en octubre de 2014 cuando Evo Morales obtuvo un apoyo arriba de 60%. Existen entonces similitudes sorprendentes entre estos dos procesos políticos recientes, especialmente relacionadas a: La combinación de estos factores circunstanciales en Bolivia y Ecuador resulta una oportunidad excepcional para investigaciones comparativas que quieren abrir nuevas perspectivas sobre los recientes debates políticos y sociales relacionados al uso de recursos naturales y desarrollo sostenible. ¿Qué vendrá después de las constituciones plurinacionales? Ciertamente, en este momento no parecen existir las condiciones para avanzar aún más en los derechos de los pueblos indígenas en la región, especialmente por la fuerte oposición de grupos económicos y políticos. Un signo de esta resistencia frente al mayor posicionamiento de los derechos de los pueblos indígenas es el estancamiento de las negociaciones sobre el Proyecto de Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas en el seno de la Organización de Estados Americanos (oea). Posiblemente, Bolivia y Ecuador quedarán como las vanguardias en materia constitucional por mucho tiempo.
    Vivir bien – buen vivir Los conceptos de vivir bien/buen vivir y Madre Tierra resultan ser los aspectos más novedosos de las constituciones de Bolivia y Ecuador. “Vivir bien” aparece siete veces en la Constitución de Bolivia y su sinónimo “buen vivir” es mencionado incluso 21 veces en la Carta Magna de Ecuador, incluyendo títulos. El buen vivir es una idea cada vez más discutida en la región, y hasta ahora no se ha consolidado como concepto claramente estructurado y fundado. De acuerdo al antropólogo boliviano Mario Yapu, el buen vivir es todavía una intuición subjetiva, dinámica e imprecisa, relacionada básicamente a los valores humanos.